...Nunca pensé,
creédmelo, un instante
volver a ver esta querida
tierra,
pero ahora que he vuelto
no comprendo
cómo pude alejarme de su
puerta.
Nada ha cambiado, ni sus
casas blancas
ni sus viejos portones de
madera.
Todo está en su lugar;
las golondrinas
en la torre más alta de
la iglesia;
el caracol en el jardín;
y el musgo
en las húmedas manos de
las piedras.
No se puede dudar, este
es el reino
del cielo azul y de las
hojas secas
en donde todo y cada cosa
tiene
su singular y plácida
leyenda:
hasta en la propia sombra
reconozco
la mirada celeste de mi
abuela...
¡Buena cosa, Dios mío!,
nunca sabe
uno apreciar la dicha
verdadera,
cuando la imaginamos más
lejana
es justamente cuando está
más cerca.
Ay de mí, ¡ay de mí!,
algo me dice
que la vida no es más que
una quimera;
una ilusión, un sueño sin
orillas,
una pequeña nube
pasajera.
Vamos por partes, no sé
bien qué digo,
la emoción se me sube a
la cabeza.
...recordé el mar y
enumeré las hojas
en homenaje a mis
hermanas muertas.
...A estas alturas siento
que me envuelve
el delicado olor de las
violetas
que mi amorosa madre
cultivaba
para curar la tos y la
tristeza.
Cuánto tiempo ha pasado
desde entonces
no podría decirlo con
certeza;
Del Poema "Hay un día feliz" de Nicanor Parra
Autora : Gloria Helena Rivera Briceño
Título: "Hay un día feliz"
Dimensión : 37 x 80
Técnica : óleo sobre tela
Cuadro original
Inscripción Número 262.462
Departamento de Derechos Intelectuales
DIBAM. CHILE
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